El boom cannábico

Saludos a todos,

Hoy voy a hablaros de los clubes de cannabis, un negocio que se ha disparado en los últimos años en nuestra ciudad. Hace ya tiempo que existen este tipo de locales, pero en los últimos 3 años ha crecido considerablemente el número, pasando de cuarenta a más de doscientas asociaciones. Se debe añadir que en España hay aproximadamente unos 500 clubes, y que aproximadamente la mitad se encuentran en Barcelona. Este hecho ya hace a muchos situar a la Ciudad Condal como la "nueva capital de la marihuana" o "la nueva Amsterdam". 

Os preguntareis cómo es posible este gran crecimiento en tan poco tiempo. Principalmente se debe al vacío legal que envuelve el consumo de marihuana. La constitución es ambigua al respecto, prohíbe su venta y consumo en lugares públicos, pero no especifica nada acerca de su distribución y consumo en locales privados.

¿Cual es el funcionamiento de las asociaciones? La idea general es que el socio pague una cuota dependiendo de su consumo, y esto le permita recibir la cantidad expresada en el acuerdo. Así pues, el socio tiene garantía que lo que fuma es de calidad y ha sido tratado debidamente. 

¿Cómo logra uno hacerse socio? Centrándome en la materia dada en clase, podríamos decir que las asociaciones de cannabis son un perfecto ejemplo de sociedad cerrada. Hay altas barreras de entrada. Para convertirse en socio primero de todo se necesita un aval, algún amigo ya socio del club que te lleve con él y te inicie. Después viene el papeleo, en el que, entre otras cosas, deberás especificar el objetivo de tu consumo (lúdico o terapéutico) y la cantidad de gramos de marihuana que consumes mensualmente. Finalmente por un precio que oscila entre los 5 y los 20 euros anuales dependiendo de la asociación, te dan un carnet con el que podrás acceder al centro.

Si deseáis más información , os recomiendo este vídeo, que pese a ser corto explica bien el funcionamiento. Vídeo Airam.

A modo de conclusión, quiero decir que el auge que han tenido las asociaciones es perfectamente comprensible. Se ha pasado de tener que estar fumando escondido en la calle o en algún parque, a poder estar en un local con sofás, televisiones, PlayStation, billares, futbolines y máquinas de comida tranquilamente con un porro en la mano. 

¡Esperamos vuestra opinión!



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